Estamos seguras de que a estas alturas todo el mundo sabe que el tomate es una fruta, no una verdura o una hortaliza. Habrá más, pero en Galicia tenemos una variedad firmemente candidata por su dulzor a ser consumida a mordiscos como una manzana, un plátano o una nectarina. Es decir, como lo que es, una fruta. Se trata del tomate negro de Santiago, una variedad autóctona recuperada hace menos de seis años, pero que ya se cultiva en suficiente cantidad para llegar incluso a algunas cadenas de supermercados.Tomate negro de Santiago5Mss

Dulce, carnoso, blando y jugoso. Estas son las características de este tomate autóctono gallego, perteneciente a la familia de los que se denominan negros (Kumato) por el color verde oscuro, casi negro, que lucen en su parte superior.  Este verdor negruzco no es su único distintivo.  La fisonomía del «negro de Santiago» nada tiene que ver con el tomate estándar rojo brillante, prieto, uniforme y, por lo general, completamente insípido que estamos acostumbrados a ver en fruterías y superficies comerciales.

Para empezar casi nunca son redondos y, para continuar, pueden presentar pliegues, rayas, estrías y protuberancias. Prácticamente no hay dos iguales ni de aspecto ni de tamaño. Hay quien se atreve a decir que son feos. Como en las pasarelas de moda, todo lo que no responde a unos cánones establecidos, aunque sean descabellados, se descalifican. A nosotras nos parece un pecado llamar fealdad a lo distinto.

El tomate negro de Santiago es singular por fuera y por dentro. Al abrirlo, lo primero que resalta es su aroma. Sí, tiene aroma a tomate de verdad (los que nos criamos en entornos rurales sabemos perfectamente lo que esto significa, los que no, tendrán tamete Nmsstque aprenderlo). Una vez abierto sale a la palestra su carnosidad y, ya en boca, su dulzor y jugosidad. Advertencia: se trata de un tomate blando, lo que nos puede llevar a pensar que está pasado. No. Es otra de sus características.

La semilla de este tomate negro pervivió, al borde de la extinción, en la huerta de una familia de la localidad coruñesa de Miño. Gracias a la labor del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM) ha sido recuperado y su cultivo comienza a extenderse.

Además del «negro de Santiago», el CIAM ha recuperado con éxito las semillas de casi una veintena de variedades de tomates autóctonos gallegos. Algunos tienen denominaciones tan sugerentes como «convento», «de corno», «apementado», «avoa de Osedo», «do demo» y «taller de Lubre». Los hay hasta con nombre propio como las variedades «José Luis», «Mariló de Pontecesures» y «Pili San Fiz».

En el siguiente enlace la Consellería do Medio Rural e do Mar, de la Xunta de Galicia, recopila todas las variedades de tomates autóctonos gallegos, cuyas semillas han sido recuperadas por el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo: http://www.ciam.gal/pdf/tomates.pdf

Tomate Negro de Santiago 9Mss