«A nosotros, académicos, nos toca contagiar la necesidad de recuperar el respeto por el Derecho en la realidad laberíntica que llegará tras la pandemia»

  • Así lo invocó el catedrático emérito Francisco Puy Muñoz en la apertura del Curso de la Real Academia Gallega de Jurisprudencia
  •   En su discurso, el académico de número destacó que quizás sea este “el momento de reflexionar, sin rendirnos, sobre el tipo de sociedad que queremos… Sobre aquello a lo que podemos renunciar, porque es secundario, y sobre aquello otro que, por el contrario, debemos mantener porque es imprescindible”.
  •  “Nuestra sociedad dice que no nos entiende; que no nos necesita; que no nos quiere, que le estorbamos; nuestra sociedad occidental le ha perdido el respeto al Derecho, a los Derechos, a la Justicia, a la Ley, y a la Jurisprudencia. Y tiene que aceptar que también ahora, como siempre, el Derecho es mejor que el no derecho; que, sin derechos, sin justicias y sin leyes los individuos y las sociedades pierden su dignidad y se autodestruyen”
  •  El presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijoo, y el presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, Manuel Pizarro, participaron virtualmente en el acto de apertura para recordar la figura de García Caridad, presidente de la RAGJYL, recientemente fallecido. La institución que presidió durante los últimos treinta años le rendirá homenaje público cuando la situación sanitaria del país así lo permita

A Coruña, viernes 27 de noviembre de 2020.-  Apertura de curso académico 2020-2021 en la Real Academia Gallega de Jurisprudencia y Legislación. El discurso inaugural, a cargo del catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad compostelana, Francisco Puy Muñoz, no podía estar ajeno al momento sanitario que atraviesa el mundo entero, con la COVID-19 azotando toda la realidad social y económica que nos rodea. Y si la pandemia obligó a una apertura virtual del nuevo curso, posible gracias al apoyo de Abanca, también transitó por las palabras del profesor Puy, quien invocó la necesidad de recuperar, ahora más que nunca, el respeto por el Derecho.

El catedrático emérito fue claro. “Los juristas no nos podemos desentender porque quizá sea este el momento de reflexionar, sin rendirnos, sobre el tipo de sociedad que queremos… Sobre aquello a lo que podemos renunciar, porque es secundario, y sobre aquello otro que, por el contrario, debemos mantener porque es imprescindible”. Por ello solicitó a los miembros de la RAGJYL su complicidad en la labor de recuperar ese respeto en la realidad laberíntica que llegará una vez se supere la pandemia.

No es nada nuevo. Cada vez que se han producido cambios relevantes en Occidente, recordó Puy Muñoz, la Jurisprudencia ha tenido que transformarse profundamente. Por ello, el catedrático emérito puso al colectivo frente al espejo: estamos experimentando el advenimiento de una Jurisprudencia que niega los derechos naturales, con una Administración de Justicia incapaz de sacar adelante los procesos que llenan sus distintas instancias. “No hay más que ver que de seis millones de sentencias declarativas pronunciadas solo se ejecutan, judicialmente, alrededor de mil”, recordó. La actual organización judicial dificulta la administración de justicia, añadió. Y si nos asomamos al campo de la experiencia jurídica legal “nos daremos de bruces con el alud normativo”. El BOE, indicó Francisco Puy, publica ahora más disposiciones en un día que las que sumaba en un mes hace tan solo 50 años. Una montaña de disposiciones que no cesa de crecer sepulta a ciudadanos y operadores jurídicos del mundo occidental, dibujó el conferenciante.

La sociedad occidental ha perdido el respeto por la Justicia

En ese escenario “el principal problema que tenemos los jurisprudentes del Siglo XXI es que nuestra sociedad occidental ha perdido el respeto por el Derecho, por los Derechos, por la Justicia, por la Ley, por la Jurisprudencia… e incluso por los propios juristas” Oigámosles, insistió el profesor, “nuestra sociedad dice que no nos entiende; que no nos necesita; que no nos quiere, que le estorbamos; nuestra sociedad occidental le ha perdido el respeto al Derecho, a los Derechos, a la Justicia, a la Ley, y a la Jurisprudencia…” Puy recordó que las doctrinas enemigas del Derecho, de la Justicia y de la Ley, que sólo eran aceptadas por minorías a comienzos del Siglo XIX, a fines del Siglo XX han penetrado la conciencia jurídica de las masas”. Por ello, no queda otra que “justificar el derecho ante nuestra sociedad. Tenemos que hacer comprender el derecho a nuestros conciudadanos. Tenemos que hacer amar el derecho a las personas que nos rodean, dirigentes y dirigidos, gobernantes y gobernados, normadores y normados, juzgadores y justiciables, legisladores y legislados”.

Esa labor, no sencilla, es a la que están llamados los juristas: “Nuestra sociedad tiene que aceptar que también ahora, como siempre, ubi societas ibi ius; que el Derecho es mejor que el no derecho; que, sin derechos, sin justicias y sin leyes los individuos y las sociedades pierden su dignidad y se autodestruyen”.  Francisco Puy confesó resultarle muy incómodo constatar “que nuestra sociedad occidental ha optado por producir una cultura basada en la demolición de las instituciones, en la subversión de los valores, y en la infracción de las reglas establecidas… pero con igual sinceridad proclamó la necesidad urgente de “salir de ese pantano, de hacer algo para escapar de él aunque sea heroico”. Y para ello, “necesitamos una Jurisprudencia con el vigor suficiente para renovarse a sí misma, promover una Justicia, una Legislación y un Derecho auténticos y verdaderamente humanos”. Promocionar, en definitiva, “una Cultura nueva, verdaderamente social, una Sociedad verdaderamente humana y un Ser Humano auténtico y verdaderamente digno”.

Toca, concluyó Puy, “sustituir la cultura de la negación, que nos envenena y que en el campo del Derecho origina una Jurisprudencia que justifica el entuerto, la prevaricación, la infracción, la perfidia y todo lo injustificable para las personas que conservan sus sentidos abiertos a la realidad, su memoria abierta a la historia, y su razón abierta al sentido común”. Y “trabajar ahora más que nunca por la elaboración de una Jurisprudencia basada en el respeto de las leyes, la prosecución de la justicia y la afirmación de los derechos”.

El presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijoo, y el presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, Manuel Pizarro, participaron virtualmente en el acto de apertura del nuevo curso académico para recordar la figura de García Caridad, presidente de la RAGJYL, recientemente fallecido, al que la institución rendirá homenaje público cuando la situación sanitaria del país así lo permita.