Requeixo, el queso postre de As Fragas do Eume. Un tesoro gastronómico que la Guía Repsol incluye entre los mejores alimentos de España
Su nombre, requeixo o requeixón, traducido erróneamente al castellano como requesón quizá sea el principal lastre para el conocimiento de este queso fresco y untuoso gallego, cuya elaboración artesanal pervive en las poblaciones de As Fragas do Eume y alrededores. Es un queso cremoso que se consume principalmente como postre, acompañado de azúcar o miel.
A diferencia del requesón, un derivado lácteo que se hace volviendo a cuajar el suero sobrante de la elaboración del queso, el requeixo o requeixón, es un queso. Una modalidad singular como lo son otros conocidos quesos de vaca gallegos:Tetilla, Arzúa-Ulloa, San Simón y O Cebreiro.
El requeixo es otro de esos tesoros gastronómicos de Galicia que ni los propios gallegos conocen como deberían y eso que la Guía Repsol lo incluye entre los mejores alimentos de España. Su consumo no se extiende mucho más allá de la zona de producción y, aún aquí, es bastante frecuente el desconocimiento de lo qué es este producto y su singularidad: un queso postre que se come a cucharadas o con tenedor en su versión más grumosa.
El aspecto evoca al yogur griego, a la cuajada o al propio requesón que se elabora en el resto de España, pero el requeixo tiene una textura propia y, sobre todo, un sabor único e inconfundible, completamente diferenciado de esos productos lácteos. “Es una alternativa gastronómica sorprendente”, así lo define la Guía Repsol.
Su regusto es lo más próximo al sabor de la leche de verdad, la que se consumía en Galicia antes del tetrabrick. De hecho, se elabora con leche cruda y no pasteurizada. Pero su sabor a buen seguro tiene mucho que ver también con el lugar en el que se crían las vacas: los pastos del Parque Natural de As Fragas do Eume, el mejor ejemplo de bosque atlántico de Europa.
La capital del requeixo es A Capela, un pequeño municipio más rural que urbano que, aunque no todo el mundo lo sabe, es el epicentro del Parque Natural y un lugar donde este bosque atlántico ofrece algunas de sus más hermosas estampas. De A Capela sale la mayor parte del requeixo que se produce en la zona y en la localidad se celebra, desde hace ya veintiocho años, una fiesta dedicada a la exaltación de este queso genuino. La cita es cada último fin de semana del mes de agosto.
También se elabora requeixo en otras poblaciones de As Fragas como As Pontes de García Rodríguez y en municipios de la zona de Ferrol que lindan con ellas. De esta diversidad salen matices que diferencian el producto que ofrecen las distintas explotaciones lácteas. El que se hace en A Capela es más grumoso y espeso (el que se come con tenedor) y el que procede de otras poblaciones suele ser más cremoso.
En todos los casos se elabora de forma prácticamente artesanal lo que le confiere ese sabor tan “auténtico”. Como ya dijimos, se utiliza leche cruda que se cuaja con calor. Una vez cuajada, se separa la nata y el resto se pone a escurrir por gravedad en unos sacos de tela. Al cabo de 24 horas, ya desuerado, se le vuelve a incorporar parte o toda la nata.
En el proceso no se utiliza ningún tipo de aditivo ni conservante y, a diferencia de otros quesos, al requeixo no se le añade sal. La cantidad de suero que se deja escurrir y de nata que se le añade posteriormente marcarán el resultado final y también la acidez láctea del producto. El consumidor decide cuál es su versión preferida.
Nos consta que los productores demandan desde hace tiempo que la Administración gallega incluya este queso peculiar en el catálogo de productos con Denominación de Origen o Indicación Geográfica Protegida. Sería un paso decisivo para poner en valor y dar a conocer en España y en el mundo entero el producto gastronómico por excelencia de As Fragas do Eume.
Apostamos porque será, eso sí, el siguiente elemento gastronómico que se identifique con el nuevo sello “Producto do Eume”, de reciente creación.
As Fragas do Eume saben a requeixo.